14 testimonios de personas a las que les cambió la vida tras el 19S Dailytrend.mx

El 19 de septiembre de 2017 será recordado en México como el día en que la Tierra nos hizo encontrarnos de frente con nuestra propia fragilidad, con la noción de que solo hace falta un instante para que nuestra realidad sea sacudida desde todas sus perspectivas.
Platicamos con 14 personas que nos compartieron cómo el 19S afectó por siempre sus vidas.
Son testimonios de gente real que perdió desde tranquilidad hasta patrimonio, y que a partir del desastre aprendió a seguir adelante de un modo que antes jamás hubiese previsto.
  Lourdes "No había dimensionado la magnitud del temblor del 19S, incluso sentí con más fuerza el del 7 de septiembre.
Acababan de irse mis alumnos y yo me encontraba en el patio de la escuela cuando todo comenzó a moverse y minutos más tarde sonó la alerta.
Lo primero que pensé fue en mi familia, en que estuvieran bien y en si habían podido desalojar el edificio donde se encontraban.
Luego pensé en mis alumnos, en que pudieron estar ahí conmigo, en sus impresiones.
  Después del sismo tardé meses en querer salir de casa, tenía miedo, miedo a perderlo todo en segundos, pero la vida sigue.
Ahora tomo algunas acciones que tal vez me puedan ayudar por si se suscita otro evento como el de ese día; tengo mi mochila de emergencia y tomé algunos acuerdos con mi familia, tomé capacitación para poder apoyar a mis alumnos en caso de estar con ellos.
La verdad no creo que estemos preparados para otra eventualidad así, el mundo se seguirá moviendo y nosotros debemos seguir avanzando e intentar que no nos aplaste.
"   Ximena "El sismo de aquel día fue un antes y un después en mi vida, creo que aprendí a valorar más lo que tengo, mi familia y a dejar de lado lo material.
Me afectó en lo emocional, porque fue muy fuerte ver las imágenes de los edificios derrumbados, el pasar los escombros de mano en mano y ver las pertenencias polvorientas de personas que vivían ahí; pasar un ladrillo o varilla que en algún momento formó parte del patrimonio de una familia, sabes que hay personas que murieron o quedaron atrapadas; es un sentimiento de dolor y rabia a la vez por no haber podido hacer nada más para ayudar.
Me quedo con el orgullo de ver cómo mucha gente se acercó a infinidad de derrumbes y centros de acopio para ayudar, con víveres, comida caliente para los rescatistas y hasta una palabra de aliento, un abrazo o hasta a barrer el lugar donde se encontraban los damnificados, para que estuviera limpio.
Ese día cambió mi vida.
Ahora no tomo a la ligera las pláticas de protección civil ni cualquier medida para estar más prevenidos en caso de otro sismo; incluso intento ser más amable con la persona que va a un lado de mi en el metro, no sabes si el día de mañana esa persona te va a ayudar a salir de los escombros.
"   Fernando "No me considero una persona de “protocolos de emergencia” en caso de desastres naturales.
Vivir un temblor en la CDMX, en cualquier lado, es una de las experiencias que marcan.
El año pasado, durante el temblor de septiembre, mi vida cambió por completo.
Actualmente sólo vivo con mi perro y es lo que más me preocupaba en esos momentos; posterior al temblor, me esforcé, por mínimo, en crear espacios seguros para él patra caso de un temblor, además ordené los documentos importantes por cualquier cosa.
  Jamás olvidaré la montaña rusa de sentimientos que viví en esos momentos.
"   Vania  "Logré salir de Ciudad Universitaria y llegando a los rumbos de Coapa vi con mis propios ojos lo que estaba sucediendo.
Toda la gente corría hacia las calles de Brujas y División del Norte (donde estaba el Rébsamen).
Recuerdo perfectamente que señores albañiles corrían con sus palas y gritaban: “Hay que sacar a los niños”.
Los niños.
Vi pasar mi infancia en esas palabras.
Mi escuela, mis maestras, mis compañeros, seguramente estaban allí.
Cuando llegué a las inmediaciones del Rébsamen, el apoyo que se requería en ese momento era conseguir gasolina para la grúa que estaba levantando lozas en el Colegio.
Un desconocido me dio dinero y botes de plástico, volteé y otro desconocido me dijo que él me llevaba en su moto.
Nadie nos conocíamos, pero todos teníamos un objetivo en común: ayudar.
Llegamos a la gasolinera y había un ejército de motociclistas.
El chavo me contó que todos venían de Tepito, que estaban allí porque desde el norte vinieron a abrirle el paso a las ambulancias.
Fue hermoso ver cómo todos los vecinos y la gente que había llegado desde un montón de lados de la Ciudad, nos uníamos –sin conocernos– para ser la fuerza que necesitaba mi Coapa querida.
 Empezó a caer la noche, regresé a casa y minutos después llegó mi hermano.
Estaba en shock pues le tocó sacar niños y también cuerpos de las personas que quedaron atrapadas en el Rébsamen.
Corrí a abrazarlo y empezamos a llorar.
Él también trabajó un tiempo en el Colegio mientras yo estudiaba.
Gente con la que cruzamos miradas, palabras, ya no estaban.
El sismo cambió mi vida porque aprendí a no perder la paciencia y sobretodo, estar lista para no ser víctima y sí apoyo.
"   Luis "Después del sismo adopté a mi gato.
Lo encontraron perdido ese mismo día y lo llevaron al refugio en donde lo recogí.
Definitivamente mi vida no ha sido igual.
Si vuelve a temblar me aviento del departamento.
"   Paulina "El día del temblor yo estaba en la oficina, trabajo en el piso 20.
Algunos de mis compañeros se pusieron mal.
Llegó un punto en el que pensé que uno de ellos se iba a desmayar, pensamos que se iban a reventar los vidrios.
Traté de hacer que la gente mantuviera la calma.
  A partir de ahí decidí meterme a la brigada del trabajo.
He aprendido a mantener a la gente en calma, a procurar que no entre en pánico porque es muy difícil recuperar a la gente cuando ya está en shock.
  Es una labor que me gusta mucho y que desde ese momento supe que era muy importante.
"   Ayax "En más de un sentido todo este año fue de reconstrucción.
De algún modo llegué a la conclusión de que a todos se nos movió el piso en más de una manera, a todos se nos rompieron cosas, a casi todos nos quedaron grietas en lo que solíamos llamar normalidad.
Fue entonces que aprendí que empezar desde cero es una utopía, se comienza siempre desde uno sin más material que los escombros.
Me ha costado, pero he logrado comprender que es imposible reconstruirse a base de eufemismos; siempre hay que ponerle mucha atención a los cimientos.
"   Aron "Creo que después del temblor lo que más cambió en mi persona fue la manera en que reacciono ante el sonido de la alerta sísmica.
Antes me lo tomaba muy a la ligera; sin embargo, ahora trato de buscar la salida más rápida y fácil del lugar en el que me encuentre.
También evito entrar a edificios muy altos por miedo a que me agarre un temblor ahí.
"   Eduardo  "Al inicio del sismo creí que era un temblor fuerte solamente, hasta que me asomé por la ventana y vi algo que solo había visto en las películas: parecía que habían bombardeado la ciudad.
Vivía en un edificio de más de 30 años de antigüedad, me preocupaban mis mascotas (2 gatos y 1 perrita) y el hecho de que le hubiera pasado algo a la construcción y que al llegar no encontrara rastros de mis mascotas, ni de mis cosas.
Al llegar a mi departamento, mi novia y mi Roomie estaban limpiando, ya que parecía que habían entrado a saquear: botellas, vasos, sillas, muebles, todo estaba tirado, aparatos electrónicos rotos; pero mi cara cambió al ver que mis mascotas estaban bien, solo espantadas.
Todo cambió en segundos, tras saber que tu vida puede cantar en un solo parpadeo.
Esta experiencia me hizo a ser más agradecido con lo que tengo a mi alrededor y disfrutar cada momento que tengo con mis seres queridos.
No sabes si cuando salgas de tu casa los vas a volver a ver; me ayudó a ser más solidario y a ver que la gente se ayuda en momentos fuertes.
"   Josué "Al momento del sismo yo me encontraba en la planta Ford de Cuautitlán.
Mi esposa y yo habíamos adquirido un departamento en diciembre de 2017.
Fue mucha incertidumbre saber que varios edificios en la Del Valle habían colapsado.
Al enterarnos de la noticia, pensamos que el edificio que había caído era el de al lado por las fotos que logramos ver en Twitter; fueron horas de camino para llegar a la ciudad y poder corroborar que en realidad era nuestro edificio.
Fue más la desesperación al no recibir respuesta de la única vecina con la que teníamos contacto (ella murió en el derrumbe).
El 20 de septiembre intentamos ingresar, pero la zona ya estaba asegurada por la Marina y solo pudimos entrar como voluntarios para retirar escombros; estuvimos ayudando todo el día y parte del jueves.
Desde entonces, me he hecho más precavido en cuanto a cláusulas de contrato de arrendamiento y seguros.
Además valoro más a la familia que siempre está para ayudar.
"   Karina "Todo cambió en mi vida.
Primero, ya no puedo dormir como antes lo hacóia; incluso ya no descanso por estar escuchando si suena la alarma sísmica o, en su defecto, que se sientan movimientos en la tierra.
Todo el tiempo estoy volteando a ver las lámparas para darme cuenta de algún movimiento.
Ya ni siquiera escucho música y la televisión la veo con volumen bajo.
Ya no me siento contenta o tranquila cuando estoy adentro de la casa, siempre estoy pendiente de cualquier cosa que pase.
Viviendo en esta colonia (Condesa) me siento intranquila todo el tiempo.
"   Caro "Siempre creí que jamás me tocaría vivir algo así.
Crecí respetando la fuerza de un temblor porque mi papá es médico y le tocó atender a miles de personas en el del 85, crecí escuchando sus historias y crecí consciente de lo que puede hacer un temblor en una ciudad como la nuestra.
Pero nunca piensas que te tocará vivirlo.
  Antes no tenía miedo.
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aún sabiendo la magnitud del impacto, no sentía miedo.
Después del 19 de septiembre, no hay momento del día en que no tenga miedo.
En menos de un minuto todos fuimos abrumadoramente conscientes de la fragilidad de la vida humana, y nunca podremos deshacernos de esa consciencia, de saberte tan vulnerable como una rama caída de un árbol.
  El miedo es una pérdida en sí misma, pero no se compara con lo que perdieron miles de personas.
Yo sólo perdí mi tranquilidad y, hasta cierto punto, esa soberbia que nos hace sentirnos invencibles por ser humanos, pero hubo gente que perdió amigos, papás, hermanos, perros.
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su patrimonio entero, su sustento.
Junto a ellos, mi pérdida es minúscula, pero no deja de haber cambiado mi vida, y a esta pérdida se suma la consciencia de saberte afortunada mientras luchas con tus propios demonios, con las pesadillas, con la necesidad de interrumpir lo que estás haciendo para poner atención a si lo que escuchas es la alerta sísmica, con esa intranquilidad cada vez que tu celular se está quedando sin pila y piensas que, si temblara en este momento y tu vida dependiera de la batería de tu celular, no la librarías.
"   Jesica "La mayor alegría y el peor miedo de mi vida los viví en 2017.
El 19 de septiembre no tenía más brazos ni cuerpo para proteger a mi bebé de siete meses, un día antes celebré su cumplemes y al siguiente rogaba por su vida y bienestar; el edificio crujía, era un sonido espantoso, no podía creer que después de escuchar la alerta por el simulacro sonara después de haber iniciado el peor momento de mi vida.
Al terminar el terremoto y asomarme al ventanal del departamento del piso 16 y ver las columnas de humo a lo lejos mis piernas se debilitaron y solo pensé en tomar fuerza y correr para evitar estar en casa por si se presentaba una réplica, todo el departamento estaba cuarteado y había cosas rotas por todos lados, no pude seguir viviendo en ese lugar que me encantaba ya que comenzaba a oscurecer y al voltear al ventanal y ver las luces de la ciudad mi estómago se hacía chiquito de recordar la imagen de la destrucción y temía que volviera a suceder.
Para mí no volverá a ser opción vivir en las alturas que disfrutaba tanto; 15 días soporté sin dormir hasta que encontramos una casa y volví a estar tranquila, nunca había sentido miedo a perder la vida hasta ese día, y es una sensación indescriptible.
"   Eric "Fue un recordatorio de lo pequeños que somos como individuos ante fenómenos como éste y lo grandes que seríamos si nos diéramos la mano.
Fue una experiencia contrastante.
Realmente cambió mi vida porque nunca había visto tantos escombros a mi alrededor.
Jamás me había sentido tan vulnerable.
"   *Imágenes: Especial.
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