La 4T no sabe qué hacer con Xóchitl Excelsior

El Presidente la acusó de haber estado en contra de los programas de apoyo a los adultos mayores.
En su afán por desacreditar el perfil de Xóchitl Gálvez como aspirante de Va por México a la Presidencia de la República, en Palacio Nacional dan palos de ciego y le pegan hasta a los de la casa.
Al comentar ayer el destape de la senadora, el Presidente arremetió en su contra, acusándola de ser “de la escuela de Vicente Fox”, y de haber trabajado en su gobierno, por lo cual trae el mismo estilo de pensamiento de los que integraron ese gabinete.
Y a lo mejor es cierto, pero el mandatario olvida que cuando Fox fue Presidente de México, su secretario particular era Alfonso Durazo, hoy gobernador de la 4T en Sonora, y presidente del Consejo Nacional de Morena que fijó las reglas del proceso interno de las corcholatas.
También que Manuel Espino —otro exfoxista— es director del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica en su gobierno, y está afiliado a Morena; Espino fue líder nacional del PAN en aquella época.
Para más señas, fue él quien entregó en manos de Durazo el expediente de la demanda para desaforar a López Obrador como jefe de Gobierno del DF, por haber desacatado una resolución judicial.
Ni qué decir de Germán Martínez, otro exdirigente nacional panista, a quien primero lo hizo senador por Morena y después le dio la dirigencia del IMSS, misma a la que el michoacano renunció y prefirió hacerse senador independiente; hoy es un acérrimo crítico de la 4T.
A todos ellos les pega el Presidente al hablar mal de quienes colaboraron con Fox, en especial de Gálvez, quien, por cierto, no ha sido orgánica en ningún partido y fue reclutada en 2000 por los famosos headhunters, debido a su perfil.
La hidalguense es la única que se ha plantado en Palacio Nacional, con amparo en mano, a tocar el portón para exigir su derecho de réplica, acusando, incluso al Presidente de sacón, por ordenar que le cerraran la puerta.
Hay que recordar que en la mañanera, el tabasqueño acusó a la senadora de haber estado en contra de los programas de apoyo a los adultos mayores, porque, en lugar de ayudarlos, quería que se les pusiera a trabajar.
La legisladora no sólo negó la acusación, sino que además presentó la imagen de la votación legislativa donde se aprecia su voto a favor de que éste y otros programas sociales fueran ley, y ya están en la Constitución.
En su mañanera, el Presidente también dijo que Xóchitl Gálvez “tiene mucho jale con los fifís”, lo cual es cierto.
Pero los pobres no la ven mal, pues proviene de ese estrato social, de donde con su propio esfuerzo salió.
El tabasqueño parece olvidar que el desafuero de 2006 fue lo que catapultó su figura hasta llevarlo 12 años más tarde a la Presidencia.
Dicen que, por primera vez en mucho tiempo, no sabe bien cómo salir del tema que le movió la agenda.
 CENTAVITOSMucho llamó la atención en Morena que, durante la toma de protesta de Martí Batres como el sustituto de Claudia Sheinbaum, no todos los funcionarios y alcaldes pejistas acudieron a su toma de protesta.
Una de las ausencias más comentadas fue la del titular de la GAM, Francisco Chíguil, de quien aseguran que no lo dejarán quedarse con el control de ese territorio, donde Batres quiere imponer a su paje César Arnulfo Cravioto.
Los propios morenistas mencionan que ya le advirtieron que ni sueñe con que su esposa, Beatriz Rojas, será su sucesora.
Dicen que aparte del berrinche, Chíguil teme quedarse sin nada, a no ser que Sheinbaum sea la Presidenta en 2024 y se lo lleve con un huesito al gobierno federal; la gente murmura.
Columnista: Adrián RuedaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0