¡El mundo está que arde! Elimparcial.com Sonora

Incendios mortales, escasez de agua, temperaturas sin precedentes y miles de personas padeciendo sus efectos, son algunas de las consecuencias de la ola de calor extremo que se ha expandido por todo el mundo durante el presente mes de julio.
Incluso regiones consideradas frías, o que manejan valores que no superan los 25°C, han presentado temperaturas sorprendentes; entre ellas, Siberia -ligada al frío glaciar- ha alcanzado los 40°C, un dato sin precedentes.
También el continente europeo -asociado con los climas templados y países de paisajes nevados-, de acuerdo con el Servicio Copérnico sobre Cambio Climático, vive el julio más cálido de su historia, pues desde el 2010, cuando la temperatura se ubicó dos grados por encima del promedio, no se habían presentado temperaturas tan elevadas.
LAS CAUSAS El clima extremo, explicaron especialistas de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se debe a un sistema de alta presión que es común que se presente en verano, tanto en el hemisferio Norte como en el Sur, y llega acompañado de sequía o lluvias por debajo de la media.
Advierten que este tipo de fenómenos serán más frecuentes y duraderos en el futuro.
Si bien no los atribuyen por completo al cambio climático, consideran que el incremento de episodios sí es proporcional al aumento de concentraciones de gases de efecto invernadero.
La OMM explica que estudios recientes, llevados a cabo entre 2011 y 2016, han encontrado que la probabilidad de que ocurran episodios de clima extremo sí es influenciada directa o indirectamente por la actividad del hombre.
Truculentos hallazgosEl calor extremo ha dejado al descubierto el triste destino de aventureros que se atrevieron a desafiar las temperaturas congeladas de los Alpes suizos.
Los cadáveres de unas 280 personas (algunas desaparecidas desde 1926) han surgido durante la última década por el derretimiento de los glaciares.
El hallazgo más reciente es el hecho el pasado 14 de julio, en el Monte Cervino: Un guía suizo encontró el cuerpo de un escalador, identificado más tarde como un ciudadano japonés de 67 años de edad.
Este tipo de "encuentros" no son poco frecuentes: Hace apenas un año, un empleado de un teleférico halló los cadáveres perfectamente conservados del matrimonio Dumoulin, desaparecido el 15 de agosto de 1942.
Los hijos de la pareja declararon que llevaban "toda una vida" buscándoles y tratando de averiguar qué había sido de ellos.
Desde 1880, cuando iniciaron los registros, la longitud y el grosor de los glaciares suizos no han parado de disminuir, lo que ha destapado esas y otras historias, revelando el final de aquellos que se consideraba estaban perdidos para siempre.