CNDH pide que se reparen daños al niño de Obregón que le extirparon el ojo equivocado Elimparcial.com Sonora

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió una recomendación al director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Tuffic Miguel Ortega, por el caso de inadecuada atención médica que provocaron la pérdida permanente de la vista de un niño.
De acuerdo con la recomendación, el caso ocurrió en el Hospital de Especialidades Número 2, de Ciudad Obregón, Sonora.
Según el expediente, se indica que el médico que atendió a un bebé extirpó el ojo derecho al agraviado en lugar del izquierdo en el que presentaba cáncer; se le extrajo el ojo con malignidad y perdió la vista de manera permanente e irreversible.
La CNDH acreditó que el médico tratante violentó los derechos humanos a la protección de la salud y a la integridad física, así como el principio del interés superior de la niñez.
La CNDH recomendó al director del IMSS que se reparen integralmente los daños, que incluyen compensación y/o indemnización justa, debida y oportuna, además de la debida atención sicológica.
El Instituto también deberá iniciar e integrar un procedimiento de investigación por la responsabilidad con motivo de la deficiente integración de los expedientes clínicos, y dar seguimiento a la causa penal contra el médico oftalmólogo del caso de Sonora.
#Comunicado #IMSS atiende recomendaciones de la @CNDH por casos ocurridos en 2016 en Uruapan, Michoacán y en 2015 en Obregón, Sonora.
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com/DCGPQfCfMJ— IMSS (@Tu_IMSS) 22 de julio de 2018NOTA DEL 2015Caso Jonathan: Entre el coraje, la esperanza y exigencia de justiciaPoco antes de las 9:00 horas de la mañana del viernes 26 de junio, fue apenas la segunda vez que el doctor Armando Cisneros Espinoza, vio al pequeño Fernando Jonathan Valdez Ayala, luego procedió a operarlo.
En una decisión errática, reconocida así por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el médico oftalmólogo decidió extirpar el ojo derecho al menor, el cual estaba sano, en lugar del ojo izquierdo donde tenía un tumor del tipo retinoblastoma.
El resto de la historia es por todos conocida, cuyo saldo es un menor de 1 año y tres meses de edad que será ciego, unos padres agraviados que exigen justicia, un médico que está en proceso de investigación y una institución médica golpeada.
La historia se remonta al 2014 cuando Jonathan tenía 6 meses de edad, sus padres, Fernando Valdez Gastélum y Marlene Ayala Quijano, notaron algo raro en su ojo izquierdo.
“Cuando nos dijeron que tenía un tumor estábamos en Nogales, a los seis meses nos empezamos a dar cuenta y a los once meses le comenzaron a dar quimioterapia para el tumor, seis tratamientos antes de quitarle el ojo”, narró la mamá.
De Nogales fueron a Hermosillo y de Hermosillo a Ciudad Obregón, donde debieron hacer la primera tomografía al niño para ver qué tan grande era el tumor y dónde estaba ubicado.
El 3 de marzo llegaron al hospital del IMSS en esta ciudad y les dieron una cita para realizar una resonancia magnética para el 22 de abril, pero se la realizaron el día 7 dada la insistencia de la madre, de que si pasaba más tiempo se ponía en riesgo la salud de su hijo.
“El tumor ya estaba más crecido, el tumor ya no se lo podían quitar porque dijeron que estaba muy grande, que al momento de sacarlo podría reventarse y esparcirse las células malignas”, citó.
El 8 de abril internaron al pequeño Jonathan y el día 10 le pusieron la primera quimioterapia.
“Le fue muy mal en la primera quimio, se puso muy mal, toda la sangre se le quemó, le pusieron sangre y plaquetas, le pegó mucha diarrea y vómito y todo, de hecho ahí pasó su cumpleaños el 22 de abril en Ciudad Obregón”, contó.
Fue entonces que al niño lo vio el doctor Armando Cisneros Espinoza por primera vez el 1 de junio, recordó.
En esa cita dijo Marlene que no lo podían operar mientras estuviera con tratamiento de quimioterapia, pero la opinión de la oncóloga que atendía a Jonathan fue positiva.
Al menor le colocarían primero una válvula en el ojo derecho, el que estaba sano y fue extirpado por error, para tratamiento del glaucoma, el especialista les dijo que le retiraría de una vez el ojo donde tenía cáncer.
“Yo le dije que estaba bien pero le dije al doctor Cisneros que le mandara a hacer una resonancia magnética porque son importantes, ahí saben hasta dónde le van a cortar o hasta dónde está el tumor y no la quiso mandar a hacer, dijo que no hacía falta”, relató.
El día 3 de junio se le realizó al niño la resonancia magnética la cual decía que el menor era apto para operarse, pero al llevarle ese estudio al oftalmólogo Cisneros, éste se negó a revisarlas, narró la madre.
“Nos dieron la hoja para la preanestesia para el día 23 y nos presentaron y me dijeron que el niño no iba a pasar al quirófano si no llevaba todas las placas y resonancias, tomografías y todo lo que le habían sacado.
“Pero al momento que llego al quirófano el día 26, ya con el niño, le digo al doctor que ‘traigo todos los estudios’ y me dice que no hace falta revisarlos, que si hace falta lo pedirá con la enfermera y no los revisó, el doctor en ningún momento revisó la última resonancia del niño”, contó.
El especialista sólo intentó revisar el ojo del niño, donde tenía el tumor, pero éste se puso inquieto y el médico dijo que luego lo revisaría.
Los padres dijeron no haber notado nada raro en el médico, si estaba nervioso o turbado por algo.
La operación para extirparle el ojo a Jonathan comenzó pasadas las 9:00 horas del 26 de junio, era la segunda ocasión que Cisneros lo veía, el médico que nunca les dijo a los padres que iba a extirpar el ojo derecho en lugar del izquierdo.
Marlene, la madre del niño, fue llamada por el doctor en tres ocasiones al quirófano durante la operación que duró menos de dos horas.
“Me mandó llamar tres veces al quirófano durante la operación y de las tres veces nunca me dijo que le había quitado el ojo bueno, ¿por qué no salió del quirófano y nos dijo ‘saben que yo vi un tumor en el ojo, ustedes deciden si se lo quito o no se lo quito?“Pero nunca se tomó eso y aparte que no era una atribución que debió haberse tomado él porque nosotros nunca firmamos para que le quitara ese ojo”, citó.
Cuando terminó la operación el doctor Cisneros les comunicó que le había extirpado al niño el ojo derecho porque el vio un tumor que era incluso más fuerte que el retinoblastoma y que podía haberle causado la muerte.
Fernando, el padre del niño, encaró al médico y le dijo que se les hacía imposible si le habían hecho un “montón” de estudios, pero el médico, ya en tono nervioso, les contestó que esos tumores no aparecen en los estudios.
De hecho, el progenitor le cuestionó si era él quien había operado o estuvo a cargo de la misma un residente, el especialista contestó que él.
“Pero ya lo dijo asustado, andaba asustado el señor, se le notaba”, expuso, “de hecho hasta un doctor nos preguntó si lo notamos ebrio o algo así, pero nosotros no lo notamos así”.
Cuando terminó la operación sí notaron nervioso al doctor Cisneros, añadió, de hecho, dio un alta médica al menor cuando a éste no se le pasaba todavía la anestesia, pero ante la sospecha de que algo no estaba bien decidieron no aceptar esa alta.
“Les dije que no me iba a ir hasta que no tuviera pruebas, una respuesta de por qué le sacó el ojo, ya ve que el ojo salió sano, se equivocó el señor, quién sabe qué pasaría”, comentó el padre.
A la madre del niño, quienes ahora viven en la comunidad de El Riito ubicada en Huatabampo, Sonora, la asaltan las dudas y las respuestas no llegan respecto a por qué el médico decidió sacar el ojo sano de su hijo y no el enfermo.
“Yo sigo diciendo que se me hace muy raro, porque incluso yo estoy hablando en la dirección y entró de pronto el doctor Garrido y dice, ‘ya conseguí el ojo y me ve que estoy parada en la puerta y le digo que quiero que me entreguen el ojo y dice que no, que ya lo mandó a patología, que ya lo habían cortado y fijado”, explicó.
Para Marlene el caso es muy raro y se pregunta ¿Por qué el doctor dice que ya consiguió el ojo si cuando a alguien le quitan un ojo lo mandan directamente a patología?“No sé, digo yo, a lo mejor quería el doctor vender la córnea, no sé yo digo, pues se me hace muy raro todo esto”, expresó.
Pero el especialista también cayó en contradicciones, que el niño ya no veía con el ojo que le extirpó, apenas un 10% y posteriormente señaló que tenía un tumor, lo que los padres no entendían.
La madre le explicó que no era posible un nuevo tumor, porque el pequeño ya tenía tratamiento de quimioterapia, la cual se utiliza para reducir el tamaño de los tumores cancerígenos.
“Me dijo que el niño recibía la quimioterapia directamente en el ojo y que por eso se le formó el otro tumor, pero cómo se le va a formar si al niño le pusieron un catéter que va directo al corazón y ahí le ponen la quimio general para todo el cuerpo”, argumentó.
El 7 de julio de este año el IMSS trasladó al niño y los padres de familia a la Unidad Médica de Alta Especialidad en Pediatría del Centro Médico Nacional de Occidente en Guadalajara, Jalisco.
Allá fue atendido por un grupo de ocho especialistas, quienes lo operaron de nuevo en tres ocasiones más, la primera para destapar el catéter donde se le coloca la quimioterapia, pues éste se le había tapado.
La siguiente operación fue para extirpar el tumor del ojo izquierdo y una más para resarcir el daño en los músculos que provocó la primera cirugía en la cual se le extrajo el ojo equivocado.
“Allá le rescataron el ojo, porque se le estaba poniendo muy feo, le rescataron los músculos para que al momento de ponerle las prótesis tenga movimiento”, citó.
Nada describe su dolor“Sí da mucho coraje, imagínate que tu hijo, sabiendo que ya tiene un problema, que tiene cáncer y batallando pues uno ahí con él y todavía para que lleguen y lo terminen de rematar quitándole la única esperanza que tenía de ver”, enfatizó.
Si bien los padres habían sido advertidos de que Fernando Jonathan podría tener un tumor e incluso perder la vista en un futuro, no pensaron que ocurriría tan rápido y menos por un error médico.
“Estábamos conscientes de que le podía haber pasado en un futuro, pero así decir que le quitó el ojo pues si es… pues ahora sí que no encuentro palabras para decir qué siento, pues porque sí se siente mal uno porque yo sé muy bien que él ya no va a poder ver nada”, exaltó.
La madre recuerda que el menor se entretenía, como muchos niños de su edad al ver caricaturas, Kung Fu Panda, Spirit y Cars eran de sus favoritas, ahora sólo las escucha y sus padres intuyen que las recuerda porque se queda serio y se ríe al escucharlas.
“Yo digo que no tengo palabras para describir lo que siento como mamá, es algo pues que no sé qué, no les sabría decir”, citó.
Exigen justiciaFernando, el padre, dice que lo que desean es que se haga justicia en el caso de su hijo y lo menos que podrían las autoridades hacer es que le quiten al doctor Cisneros Espinoza su cédula y su permiso para trabajar.
“Vamos a ir a Obregón a preguntar allá en la PGR cómo va la investigación”, señaló, “dicen que la decisión fue del doctor, que enfermeros, residentes, todos dicen que la decisión fue del doctor, aunque ya le habían advertido que era el otro ojo y que la decisión de sacar ese ojo fue del doctor”, argumentó.
Lo dicho por los padres se basan en las declaraciones de quienes intervinieron en la cirugía donde se le extirpó el ojo al niño, como enfermeras, médicos residentes y otros, como parte de la investigación que se sigue ante el IMSS y ante la PGR.
Los padres dicen tener hasta cierto punto confianza en las autoridades y que al menos se le retire la cédula de trabajo al doctor.
“Esperemos que sí, pero el médico dicen que está dentro del Sindicato (del IMSS) y ahí los protegen mucho, ellos van a hacer todo lo posible por defenderlo”, comentó Marlene.
Al IMSS le hicieron también una serie de peticiones, las cuales, además de la atención médica del niño, piden se les otorguen, tales como las prótesis para sus ojos, educación especial y que si en el futuro hay trasplantes de ojos, Jonathan sea un candidato.
Fue el mismo director nacional del IMSS, José Antonio González Anaya, quien platicó con ellos y les dijo que todo lo que el pequeño requiriera lo cubriría el Instituto.
Ahora, deberán ir cada 21 días a Guadalajara, para el tratamiento de quimioterapia del pequeño Jonathan y el resto del tiempo lo pasará en su casa en Huatabampo, donde recibe de sus padres y familiares tratos especiales.
Esperanza de vidaSi bien el menor de un año y tres meses de edad se encuentra por ahora bien, luego de cuatro operaciones, los médicos no aseguran del todo que vaya a estar libre del cáncer.
“Dicen que está bien y que va bien, pero como dicen el cáncer es cáncer y no se elimina de la noche a la mañana y tiene que seguir con el tratamiento de quimioterapia y de todos modos no nos aseguran que más delante no le aparezca, puede ser que le vuelva a aparecer en otra parte”, explicó.
Las quimioterapias que le suministrarán al menor son para eliminar cualquier residuo que le pudiera haber quedado de células cancerígenas.
Hasta ahora el niño, dice su madre, se ha adaptado bien al hecho de no ver y ya no tiene el dolor que le producía el retinoblastoma que le fue extirpado.
A pesar de que por ahora el niño está bien, Marlene Ayala, mamá de Jonathan, dice que de su parte ni de la de su esposo, no hay perdón para el médico.
¿Habría perdón de parte de ustedes para el médico?, se le cuestionó.
“No pues como, sí él no se tentó el corazón para hacer lo que le hizo a mi niño bebé y ahora pues menos uno que ya tiene conciencia”, reflexionó.