México en la Bienal de Venecia El Siglo de Torreón

La calidad del espacio y su importancia como elemento en torno al cual gira la arquitectura es el tema central de la XVI Bienal de Arquitectura de Venecia, un escaparate de relevancia internacional que cuenta este año con 63 representaciones nacionales, seis de ellas en su primera participación: la Santa Sede, que tendrá un pabellón en la isla San Giorgio Maggiore, Guatemala, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita, Líbano y Pakistán.
Los ocho pabellones nacionales de Latinoamérica presentes en la XVI Bienal de Arquitectura de Venecia muestran al mundo una riqueza patrimonial y reflexionan sobre cómo las construcciones influyen en la vida de las personas en Chile, México, Perú, Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil y Guatemala, este último participa por primera vez.
Sus apuestas son diversas, pero todas comparten una visión sobre cómo la arquitectura tiene relación directa con la sociedad.
Pabellón de México: Despliegues y Ensambles.
Foto: La Biennale di Venezia ¿Qué presentó México en la Bienal más importante de arquitectura de la actualidad? En las páginas siguientes compartimos un recorrido por las discursos visuales que algunos arquitectos mexicanos llevaron a Venecia, muchos de los cuales llamaron la atención por su calidad, contenido y originalidad, son testimonios del buen momento que atraviesa el arte de los materiales en nuestro país.
Para conformar la representación se realizó una convocatoria abierta.
Se recibieron 213 proyectos de 15 estados de la República Mexicana.
La selección se complementó con el trabajo de un comité técnico y la curaduría de la arquitecta Gabriela Etchegaray, comisaria del pabellón de México, que expone un proyecto titulado "Echoes of Land" (“Ecos de una tierra”) y que, a través de las 21 obras elegidas, aborda la riqueza de la geografía mexicana y cómo el territorio influye irremediablemente en la arquitectura.
El salón, además, pone énfasis en la carga geográfica, imaginaria y cultural de las construcciones en México y fundamenta los vínculos que se expresan en la interacción con lo intangible y la incorporación de la herencia cultural en las edificaciones.
La instalación recibe a los visitantes con una maqueta central en la que se reproduce el impresionante eje neovolcánico del territorio nacional, se trata de un homenaje al geográfo y humanista Alexander von Humboldt.
Una serie de paneles laterales entablan el discurso de las piezas seleccionadas, realizados a base mármol gris; en ellos están insertas herramientas audiovisuales como videos con discursos en torno a los desarrollos.
La propuesta mexicana responde al tema Freespace, elegido este año por la Dirección Artística de la Bienal, a cargo de las curadoras irlandesas Yvonne Farrell y Shelley McNamara.
Foto: Notimex/Mario Osorio Con llamativos nichos de colores, la orografía mexicana recibe a los visitantes con un juego lumínico que emula la del recorrido natural de la luz solar.
La presentación ha recibido adjetivos como elegante, sobria, y se le ha definido como poseedora de elementos que remarcan la identidad nacional.
“A través de un conjunto de murales, se muestra un atlas que informa e inspira en lo que a la arquitectura le concierne.
Se hace evidente el grupo de características físicas que nutren la diversidad por medio de murales que adentran a los visitantes en los ecos de una tierra: Echoes of a Land.
Cada una de las mamparas de piedra configura un espacio y evidencia la topografía, la batimetría y toda la complejidad del territorio mexicano desde el quehacer arquitectónico”, explicó la curadora.
La exposición retoma el lenguaje del muralismo, pieza fundamental en la historia de México, para reactivar los procesos de reconstrucción e identidad colectiva.
Representa la búsqueda de una perspectiva conjunta que permita enfrentarse a los desequilibrios constantes a los que el país se ve obligado a responder.
Foto: Daniela Cruz Las catástrofes vividas en los últimos años enfatizan un papel ético más amplio en la arquitectura y, de manera obligada, evocan el acto de construir atendiendo a las variables físicas y culturales que determinan los procesos de diseño.
La formulación de deseos y fantasías queda limitada por las reverberaciones del terreno para demostrar que la arquitectura no debe ser una realidad en sí misma, sino un mensaje estructurado a partir de la realidad.
“La exposición expresa distintas lecturas de nuestro presente concreto a través de la abstracción de obras contemporáneas en soportes pétreos, la aproximación urbana de un contexto geográfico desafiante, la cotidianidad de los espacios y la diversidad geográfica y cultural de nuestro país.
A su vez se propone una reflexión crítica sobre la vulnerabilidad de la arquitectura frente a los cambios naturales y la respuesta de la profesión ante estas situaciones”, comenta Dolores Martínez, directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico del INBA.
Arsenale en Venecia, Italia.
Foto: Andre Avezzú/La Biennale di Venezia ARQUITECTURA ANTITRUMP Estados Unidos llevó a la XVI Bienal de Arquitectura de Venecia una propuesta que reivindica el concepto de ciudadanía y clama contra el muro que quiere construir su presidente, Donald Trump, en la frontera con México.
El histórico pabellón estadounidense, ubicado en los Giardini de Venecia desde 1930, señala que todas las personas comparten su condición de seres humanos y que por eso las barreras construidas para separarlos son un sinsentido.
La exposición se llama "Dimensions of Citizenship" ("Dimensiones de ciudadanía"), está comisariada por Niall Arkinson, Ann Lui y Mimi Zeiger y se compone de siete salas que abordan conceptos relacionados con la persona, las fronteras, las naciones y el propio cosmos.
Antes incluso de entrar en el pabellón, el visitante ya puede comprender lo que se va a encontrar.
"En un momento en que la expansión del muro fronterizo México-Estados Unidos se cierne sobre discursos de ciudadanía nacional, es urgente que la arquitectura redefina lo que significa ser un ciudadano hoy en día", se lee en un gran panel blanco.
El estudio de arquitectos Teddy Cruz y Fonna Forman examina la frontera entre Estados Unidos y México mostrando con imágenes tomadas desde el aire cómo el territorio no tiene ninguna división real.
Desafían así la idea de la existencia de límites entre las dos naciones y rechazan que deba ser construida una enorme señal de división, como defiende el presidente de la Unión Americana.
Izquierda, Eduardo Souto de Moura, mejor participante en exposición Freespace.
Derecha, León de Oro a mejor participación nacional a Suiza por House Tour.
Foto: Francesco Galli / Italo Rondinella Lejos de ello, insisten en la riqueza de los recursos naturales que comparten los países y citan por ejemplo el río Tijuana, que fluye entre ambos.
No obstante, el muro fronterizo no es el único tema que aborda este pabellón.
Los artistas Amanda Williams y Andrés L.
Hernández presentan en el exterior una estructura de acero, formada por barras doradas cubiertas de trenzas negras, inspiradas en los peinados afroamericanos, que pretende llamar la atención sobre cómo la raza puede moldear la identidad.
El proyecto estadounidense también critica las divisiones y las exclusiones que se dan en el ámbito digital, con mensajes hirientes o memes en las redes sociales que tratan de ridiculizar al que es considerado diferente.
"Cuando las fronteras son resbaladizas, tanto como una dirección de IP, las personas quedan sujetas a algoritmos de inteligencia artificial" que exigen replantearse el concepto de ciudadanía, informa uno de los grandes paneles colgados en las paredes.
Junto con estas frases, verdes esferas caen de los techos del pabellón con preguntas que invitan al público a reflexionar sobre interrogantes al estilo de "cómo diseñar una frontera que se adapte a recursos compartidos, ecologías y elementos comunes transnacionales".
Izquierda, León de plata al pabellón de Gran Bretaña por Island.
Derecha, Pabellón de Argentina por Vértigo horizontal.
Foto: Italo Rodinella / Francesco Galli La conclusión del recorrido es que todas las personas son ciudadanos con los mismos "derechos y responsabilidades".
El pabellón se opone a la desigualdad, al rechazo y a las deportaciones de inmigrantes; aplaude la acogida y la inclusión porque sólo cuando el hombre se libera "de la idea de que hay diferencias entre los nacionales y los extranjeros" puede construir espacios enriquecedores.
GANADORES El jurado internacional de la XVI Bienal de Arquitectura de Venecia premió a Suiza con el León de Oro al mejor pabellón nacional, el máximo galardón de la cita.
Los jueces estimaron que Suiza ha sabido construir "una instalación arquitectónica atractiva y agradable, pero que al mismo tiempo aborda los temas clave de la escala constructiva en el espacio doméstico".
Suiza se ha presentado a esta edición con una instalación llamada "House Tour", la conforma un apartamento sin amueblar, con suelo de parqué y paredes blancas, que bien podría ser una casa que está a la venta y cuyas habitaciones han sido edificadas a escalas diferentes, lo que provoca que el visitante pase de gigante a enano en cuestión de pocos minutos.
El portugués Eduardo Souto de Moura, Premio Pritzker 2011, considerado el Nobel de la arquitectura, fue galardonado con el León de Oro a la mejor participación por "la precisión del emparejamiento de dos fotografías aéreas que revela la relación esencial entre la arquitectura, el tiempo y el lugar".
Eduardo Souto de Moura obtuvó el León de Oro al mejor participante de la muestra internacional.
Foto: EFE/Andrea Merola El jurado ha premiado la instalación de Souto de Moura en el pabellón central, comisariado por las irlandesas Yvonne Farrell y Shelley McNamara, pero el reputado arquitecto luso también ha sido uno de los diez profesionales que han construido una capilla para el pabellón de la Santa Sede, que participa este año en su primera Bienal de Arquitectura.
El León de Plata fue entregado a los arquitectos Jan de Vylder, Inge Vinck y Jo Taillieu, responsables de "Eurotopie" en el pabellón de Bélgica, un hemiciclo de color azul que abre las instalaciones europeas de Bruselas al público en general.
El pabellón de Reino Unido obtuvo una Mención Especial "por la propuesta valiente que utiliza un espacio vacío para crear un espacio libre destinado a eventos".
Los británicos optaron en esta edición por un proyecto arriesgado, titulado "Island", que consiste en un pabellón y destinado a acoger espectáculos y eventos que darán vida a esta instalación desierta.
Los arquitectos Andra Matin (Indonesia) y Rahul Mehrotra (India; Estados Unidos) han obtenido otras dos menciones especiales.
Pabellón de Indonesia.
Zoltan Balogh Finalmente, el arquitecto e historiador británico Kenneth Frampton ha recibido el León de Oro a la trayectoria profesional.
El jurado internacional estaba compuesto por la presidente Sofía von Ellrichshausen (Argentina), Frank Barkow (Estados Unidos), Kate Goodwin (Australia), Patricia Patkau (Canadá) y Pier Paolo Tamburelli (Italia).
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