Migrantes se refugian del calor en la sombra de una barda y laureles Elimparcial.com Sonora

A duras penas sobrellevan los días más fuertes de calor los migrantes que van en busca del "sueño americano" y llegan por unos cuantos días a Hermosillo, pues con un clima que ayer registró como temperatura máxima 44.
5°C, la sombra que da una barda y una hilera de laureles es lo que tienen para "escapar" del calor.
Cansados y con la piel tostada por las horas expuestas a los rayos del Sol, es como se le puede encontrar al grupo de viajeros que se encuentran a un costado de las vías del tren, en la zona Oriente de la ciudad, lugar que se ha convertido en el punto de reunión por su ubicación con la estación de ferrocarril.
Muchos de los migrantes provienen de la zona Sur de México y de los países sudamericanos como Honduras, Guatemala y El Salvador, en donde las temperaturas difícilmente alcanzan los 40°C.
Es por eso que durante estas fechas a muchos se les puede encontrar refugiados entre los matorrales de laurel que adornan la barda Norte ubicada al final de la calle Salamanca, casi desvanecidos por la deshidratación que pudieran llegar a sentir por el calor.
"BUSCARÁ CRUZAR"José Cristóbal Sevilla, de 51 años de edad, llegó a Hermosillo hace cuatro días en compañía de su esposa Karla, quienes intentarán cruzar hacia los Estados Unidos en busca de un buen trabajo.
Pero,mientras recuperan fuerzas, dijo, se quedarán en Hermosillo ya que el poco dinero que traían se les terminó y ni siquiera para comprar un pan les quedó, por lo que esperan poder comer al menos una vez al día, gracias a la buena voluntad de los hermosillenses.
"Queremos cruzar para el otro lado, allá tenemos a unos amigos y pues dejamos los hijos encargados con la familia, somos de Chiapas, de un pueblito que se llama Talpa, pero no contábamos con que hace mucho calor, nos quedamos aquí porque ya no traíamos dinero, que si no…", comentó.
Al momento de la entrevista, la esposa de José Cristóbal no se encontraba, ya que había ido a conseguir unos cuantos pesos para poder comprar un suero, ya que se sentía deshidratada por las asoleadas que ha tenido que soportar a lo largo de su travesía de 20 días.
EL CALOR LOS ADORMECEEn ese lugar unos se refugian bajo los árboles pequeños, otros bajo los puentes pluviales de los alrededores.
Las temperaturas "infernales" les causan somnolencia y fatiga, por lo que duermen la mayor parte del día.
Ese es el "pan de cada día" para los caminantes que transitan diariamente de paso, y que a pesar de las condiciones climáticas no pierden de vista su objetivo y diariamente emprenden su marcha hacia la frontera Norte.