Toma clases de oídas en el CCH; espera certificado de secundaria Excelsior

Claudia SoleraCIUDAD DE MÉXICO.
Hoy Manuel Sánchez, de 15 años, trabaja en una verdulería, en lugar de estudiar en la preparatoria 7 de la UNAM, escuela en la que había ganado un lugar, al obtener 103 aciertos en el examen de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems), pero que perdió, porque la SEP no emitió su certificado de secundaria.
Manuel era compañero de la secundaria de Lorena González, quien había ganado un lugar en el CCH Sur y también lo perdió por la falta del certificado.
Excélsior dio a conocer la historia de esta joven.
“Saqué un puntaje de 103 aciertos, que me alcanzaba para la prepa 7.
Me queda cerca de mi casa, pues vivo en la Agrícola Pantitlán.
Como mi tío tiene una verdulería, yo me voy con él a ayudarle a trabajar y cuando regreso me voy a casa de mi prima, que estudia en el CCH Sur, a repasar las lecciones con ella, mientras no pueda ingresar a la escuela”, contó en entrevista Manuel Sánchez.
Incluyendo a Manuel y a Lorena son ocho los jóvenes afectados que estudiaban la secundaria en el Instituto Hubble y que perdieron sus lugares en preparatorias de la UNAM y en el Instituto Politécnico Nacional (IPN)o  están por expulsarlos por la falta del certificado de las escuelas en las que se inscribieron.
“Tuve 96 aciertos y me quedé en el CCH Oriente.
Me sentí frustrada, porque me esforcé tanto tiempo, como para no obtener nada”, lamentó Alexa López Vargas de 15 años.
La mamá de Alexa, Janet Vargas, comentó que su hija sacrificó fines de semanas, porque tomó un curso para prepararse en su examen de ingreso a la preparatoria y fueron meses de fines de semana de no salir, ni nada de distracción.
“A parte el sueño de Alexa siempre fue ‘yo quiero entrar a la preparatoria, yo quiero pertenecer a la UNAM’”, dijo Janet.
La Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México respondió a Excélsior que el Instituto Hubble de la alcaldía Iztapalapa, donde estudiaban estos jóvenes, “no cuenta con autorización ni reconocimiento de validez oficial de estudios para impartir el nivel secundaria por parte de las autoridades educativas federales”.
Sin embargo, la SEP jamás alertó a los padres de familia sobre esta situación y permitió que el Instituto Hubble diera de alta a los alumnos en el ciclo escolar 2019-2020, además de que en junio pasado hasta solicitó las calificaciones para emitir los certificados.
“Hicimos el sacrificio de enviarla a una escuela privada, porque para nosotros significaba una mejor educación”, aseguró la mamá de Alexa, quien invirtió alrededor de 130 mil pesos por las colegiaturas de secundaria de su hija.
“Me siento muy triste, porque todo el esfuerzo que hice y mantener 9.
0 de promedio, para que no me entreguen el certificado y además me digan que tengo que repetir tercero”, comentó Nicolle Orihuela.
Mientras que a Andrea Hernández y a Alexis Vázquez Ruiz, en las preparatorias que estudian ya los sentenciaron que deben presentar el certificado de secundaria o serán dados de baja.
“La verdad es que yo no quiero repetir año.
No me gustaría estar otra vez en tercero de secundaria, porque como soy muy alto.
Por mi forma de cuerpo, todos dicen que repruebo y es lo que más me da miedo”, confesó Alexis.
Y el sueño de Luis Octavio Estrada Valdés de ser ingeniero mecatrónico está en pausa, a pesar de siempre haber sido un alumno de escolta, amante de las matemáticas y de haber logrado ingresar a la vocacional 4.
“Mi hijo llevaba un promedio de 9.
4 en la secundaria.
Ha llorado, porque sí ha llorado”, dijo Wendy Valdés González, mamá de Luis Octavio.
Ante las omisiones de la SEP y a través del recurso de amparo que promovieron los estudiantes, el juez sexto de Distrito en Materia Administrativa ordenó a la SEP emitir los certificados de secundaria correspondientes con validez oficial y al Comipems, UNAM e IPN, respetar el puntaje y lugares que ganaron los jóvenes en esta preparatoria.
La SEP continúa sin respetar la orden del juez ni emitir los certificados.
Mónica González Contró, abogada General de la UNAM y representante legal del rector, aseguró que “esta institución educativa se encuentra imposibilitada por el momento para atender, en virtud de que se desconoce cuál fue la primera opción, el número de aciertos obtenidos en el examen” de los alumnos.
La Comipems ni siquiera tiene un lugar físico ni figura jurídica para notificar la resolución.
“Yo creo que el problema más lamentable es la parte del Comipems, porque como tal no tiene una personalidad jurídica propia.
En palabras vanas es como un club de Tobi, en el que se juntan las escuelas, organizan el examen y posteriormente ya no hay quien responda a cualquier problema que haya”, concluyó Isael Damián Cuellar, asociado de Trusan & Roma Abogados y representante de los estudiantes.
“¿Hasta dónde vamos a luchar?”, respondió Víctor González, papá de Lorena, “yo creo que hasta obtener lo que mi hija Lorena se merece, primero es su certificado, que creo que injustamente no se lo han emitido y posteriormente, bueno, hasta que tengan su lugar en el CCH Sur, que se ganó en el examen de Comipems”.
“Si nos quedamos callados, como sociedad, nunca vamos a lograr obtener por lo que hemos luchado y además las autoridades, a veces, abusan de ese silencio de la gente, y todo lo que los adolescentes han hecho para estar en un nivel de bachillerato se puede ir al bote de la basura”.