Por Ramón Treviño y Sebastián García Hace poco se daba como un hecho la salida de Renato Ibarra del América, pero el sábado pasado fue visto en las instalaciones del club para realizar pruebas médicas.
Y el debate de permitir o no la permanencia del volante se incrementó.
Los conflictos jurídicos a los que se enfrentó el ecuatoriano apenas hace un par de meses, por violencia intrafamiliar, lo marginaron del primer equipo, pero sus derechos todavía pertenecen a las Águilas.
¿Seguirá en el América para el Apertura 2020? “Eso es decisión de la directiva”, lanza Miguel Herrera, entrenador azulcrema.
“En lo personal, no he hablado con él [Renato] y no lo haré hasta saber si formará parte del América para el próximo torneo”.
Claudia Pedraza, especialista en temas de género y miembro de la Barra Feminista, lanza: “Independientemente de la decisión que tome el club, que esté considerado, nos habla de cómo los intereses económicos están por encima de los derechos de las personas o de los valores”.
En el ámbito legal, el club está obligado a mantener al ecuatoriano bajo nómina, hasta que concluya su contrato o aparezca una oferta.
“En términos de la ley mexicana, por el hecho de no ser culpable, el club no le puede rescindir contrato a pesar de estar sujeto a este proceso”, añade Ricardo de Buen, especialista en Derecho Deportivo Internacional.
Para el sociólogo José Miguel Candia, la permanencia de Ibarra en el América puede dañar la imagen del equipo: “Es un tema que está en el primer lugar de la agenda sobre igualdad en la convivencia.
En caso de que haya sido cierto, es repudiable.
El América está ligado a una empresa de entretenimiento, vista por millones, y tiene que pintar raya en este asunto”.
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