Sube a 14 el número de muertos en un ataque contra campos de desplazados de RD del Congo Infobae
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Kinsasa, 5 may (EFE).- El número de muertos en un bombardeo perpetrado el viernes contra dos campos de desplazados en el este de la República Democrática del Congo (RDC) subió a 14, según las autoridades, mientras el Gobierno congoleño y Estados Unidos acusan del ataque a Ruanda y la milicia Movimiento 23 de Marzo (M23).
"Es un crimen de guerra porque es una población desplazada que viene de zonas bajo la influencia del enemigo (y) que ha venido a refugiarse en entornos seguros y que, desgraciadamente, es víctima de la barbarie de los agresores", dijo en declaraciones recogidas a última hora del sábado por medios locales el general de división Peter Cirimwami, gobernador militar de la provincia de Kivu del Norte.
Los hechos se produjeron cerca de la ciudad de Goma, capital de esa provincia y una de las urbes más pobladas del este del país.
Cirimwami también detalló que los heridos se sitúan en al menos 35, mientras la tensión aumenta por las acusaciones lanzadas tanto por el Gobierno congoleño como por Estados Unidos.
Por un lado, el portavoz del Ejecutivo y ministro de la Comunicación, Patrick Muyaya, se sumó a los líderes comunitarios de la zona golpeada al atribuir el ataque al M23, pero también al Ejército ruandés, a quien la RDC acusa de apoyar a esa milicia.
Mientras, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó en un mensaje difundido este sábado en la red social X que "los Estados Unidos condenan firmemente el ataque (...) desde posiciones de las Fuerzas de Defensa de Ruanda y del M23".
"Es esencial que todos los estados respeten la soberanía y la integridad territorial de los demás", añadió Miller.
En respuesta, la portavoz del Gobierno ruandés, Yolande Makolo, calificó de "ridículas" y "absurdas" las acusaciones de Estados Unidos y aseveró a través de la misma plataforma que las Fuerzas Armadas ruandesas "son un Ejército profesional, nunca atacarían un campo de desplazados".
El M23 reactivó los combates el pasado 1 de octubre, después de meses de calma relativa.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes hasta situarse a unos veinte kilómetros de Goma, que ocupó durante diez días en 2012, antes de retirarse por la presión de la comunidad internacional.
Los insurgentes han tomado el control de carreteras que unen el resto del país con esa estratégica ciudad, de más de un millón de habitantes y base de numerosas ONG internacionales e instituciones de la ONU.
Aparte de la crisis humanitaria, sus combates han desencadenado graves tensiones entre la RDC y Ruanda por la presunta colaboración de Kigali con el grupo rebelde, extremo que las autoridades ruandesas siempre han negado, pese a haber sido confirmado por la ONU y pese al apoyo público al M23 por parte del presidente ruandés, Paul Kagame. EFE
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